lunes, 2 de abril de 2012

Lluvia en la dehesa

Con los alumnos del CRA Abadengo de Hinojosa de Duero, han llegado las esperadas lluvias primaverales que han deslucido el final de un hermoso día primaveral en la dehesa. Apenas unos litros de agua, que sin duda harán reverdecer al pasto, que al final de la jornada obligaron a realizar las últimas actividades bajo el porche del Palacio de Castro Enríquez.


En total 22 alumnos de este centro educativo han participado en la visita de día completo, en la que además del itinerario, la visita a las instalaciones ganaderas y el taller de arcilla, se han realizado varias dinámicas de evaluación y un juego grupal sobre morfología de ganado doméstico.



Gran parte de estos escolares habían participado en otros programas de sensibilización organizados por la Diputación de Salamanca y la Fundación Tormes-EB,  y nos sorprendió muy gratamente la motivación y lo positivo de su actitud durante toda la visita. Esto demuestra la necesidad de  promover y asentar este tipo de programas de sensibilización y educación transversal, en los que los escolares asimilan conocimientos de diversas áreas y valoran in situ las potencialidades, problemas y realidades del entorno en el que viven.

viernes, 30 de marzo de 2012

De la estepa cerealista al Campo Charro

Los alumnos del CP Severiano Montero, de Peñaranda, visitaron la Finca Castro Enríquez para cambiar el mar de cereal que rodea su comarca por el mar de encinas adehesadas del Campo Charro.


La visita de medio día, acompañada en todo momento por una climatología típicamente primaveral, propició momentos de gran interés para los alumnos, como las actividades de interpretación del paisaje desde lo alto del Teso de las Palicias (en las que algunos demostraron sus grandes dotes con el dibujo), hasta la visita al mueco y la manga de las instalaciones ganaderas. Algunos de los escolares quisieron ponerse en la piel de las vacas moruchas con la improvisación de un saneamiento veterinario con coces incluidas.

La visita al monte adehesado también tuvo sus momentos de gran expectación, sobre todo junto a un quejigo afectado por escarabajos barrenadores, donde recogimos agallas o  "bogallas" para explicar  la defensa de esta especie frente al parasitismo de algunos  insectos himenópteros.


El acercamiento de estos alumnos a los ricos ecosistemas del monte mediterráneo, convertido por el hombre en un sistema agrosilvopastoril, les ha permitido conocer y recapacitar acerca de las potencialidades sociales, económicas y ambientales de un paisaje que ha dado de comer a innumerables generaciones de salmantinos.

martes, 27 de marzo de 2012

Manejo de morucha a caballo, todo un espectáculo

Durante la visita del día 27/03 los alumnos del IES Miguel Unamuno, procedentes de Ledesma, se han encontrado con una inesperada sorpresa. Un equipo de la Fundación Félix Rodríguez de la Fuente visitaba también la finca para rodar un documental sobre razas autóctonas, y qué mejor lugar que Castro Enríquez para grabar a la morucha en su medio.


Los alumnos, de 2º del a ESO, pudieron contemplar la maestría de los operarios en diversas labores de manejo a caballo, con el encierro de un grupo de vacas en instalaciones para pasar por corraletas y chiqueros hasta la manga de saneamiento y mueco. 


Además pudieron acercarse a dos yeguas con potrillos de un par de semanas, y una de ellas se acercó en busca de una caricia en las crines. La jornada finalizó con una dinámica para conocer la morfología del ganado bovino y equino.


lunes, 26 de marzo de 2012

La primavera llega a Castro Enríquez


Continúan las visitas, enmarcadas en el proyecto "Vive la Dehesa" de la Sección de Juventud de la Diputación de Salamanca, que dan la oportunidad a escolares de los centros educativos de la provincia tienen la oportunidad de conocer el manejo de una dehesa con ganado bovino en extensivo, y conocer los detalles de la cría de caballo español, oveja castellana y de la raza bovina por excelencia de Salamanca, la morucha. 

En una jornada plenamente primaveral los alumnos de 4º-6º de Educación Primaria del CEIP Salas Pombo (de Sancti Spiritus) han podido realizar, de la mano de nuestros técnicos, el itinerario por la dehesa para conocer de cerca el funcionamiento de los ecosistemas más característicos de la comarca. En las charcas para el ganado han comprobado la presencia de una abundante avifauna gracias a las huellas en el limo,  e incluso han descubierto a una pequeña rana común que descansaba, aún medio aletargada, en la orilla.


Tras conocer el funcionamiento del centro de testaje de la Asociación de Raza Morucha, los participantes realizaron un taller de arcilla y finalizaron la jornada con una dinámica de evaluación para asentar los conocimientos adquiridos.



jueves, 22 de marzo de 2012

Desde la sierra hasta la dehesa




El CRA El Altozano nos visitó la pasada semana a Castro Enríquez, en una visita acusada por el frío. Los 17 participantes acompañados por sus docentes cambiaron por un día el paisaje que nos ofrece la Sierra de Francia en los municipios de Sequeros, San Martín del Castañar, Mogarraz y Garcibuey por el mar de encinas propio de la finca de Aldehuela de la Bóveda. Aunque las condiciones meteorológicas nos pusieron a prueba, los alumnos disfrutaron y aprendieron las características de la morucha salmantina y los entresijos de este paisaje ganadero en una jornada que duró hasta entrada la tarde. 



Esperamos que se sintieran igual de bien que al estar rodeados de sus rebollares y os agradecemos vuestra presencia. 

lunes, 12 de marzo de 2012

El IES Tierra de Ciudad Rodrigo y el CRA Río Águeda visitan Castro Enriquez

El pasado día 06 de marzo los centros educativos IES Tierra de Ciudad Rodrigo y el CRA Río Águeda realizaron la visita a la Finca Castro Enríquez del programa "Vive la Dehesa".

La jornada, que comenzó con un día despejado pero frío, supuso la primera toma de contacto con nuestra provincia de un grupo de alumnos del IES Tierra de Ciudad Rodrigo integrantes de un programa intercambio con Suecia.  Con la ayuda de intérpretes los alumnos conocieron el paisaje adehesado en una babilónica mañana en la que se mezclaban el inglés, el sueco y el español. Las actividades programadas sirvieron además de motivo para fomentar la convivencia entre los alumnos españoles y los suecos, que gracias a la salida de campo y a las dinámicas grupales, pudieron establecer un primer contacto con sus nuevos compañeros.

Alumnos de Bachillerato durante una actividad de interpretación del paisaje


Mención especial merecen los alumnos del CRA Río Águeda, que pese a su pequeño número, siete en concreto, mostraron una actitud muy correcta y participativa, y en algunos casos extremadamente artística, como demostraron en el taller de arcilla. A pesar de su menor edad, no tuvieron ningún problema para echar un improvisado partido de fútbol con los alumnos de bachillerato del IES tras la comida.

Uno de los trabajos en arcilla de los alumnos del CRA Río Águeda

Como anécdotas de la visita nos quedamos con los tópicos sobre los países, pues los alumnos suecos, al conocer la raza Moruza realizaron múltiples alusiones a los festejos de tuarinos, cuyo lenguaje conocían bastante bien, por cierto. Por otra parte a los alumnos, profesores y monitores españoles, nos sorprendió enormemente que frente a la creencia de que los suecos soportan mejor el frío que nosotros, varias alumnas  tuvieron que echarse  unos trotes por los claros de la finca para entrar en calor frente al "fresquillo" de aquella mañana. 

La actividad sobre morfología del ganado fue una divertida clausura de la visita

En cualquier caso resultó una visita muy enriquecedora para todos que contó al final con una divertida dinámica participativa sobre léxico ganadero utilizado para nombrar la morfología en ganado bovino y equino. Desde entonces, palabras como corvejón,  ijares y badana forman parte del vocabulario de estos alumnos. 

viernes, 2 de marzo de 2012

Comienzan las visitas escolares a la Finca Castro Enríquez

El pasado miércoles día 29 comenzaron las visitas de escolares a la Finca Castro Enríquez en el marco del programa Vive la Dehesa, que organiza la Sección de Juventud de la Diputación de Salamanca.

Para esta primera jornada contamos con la visita de  escolares de 3º, 4º, 5º y 6º de Educación Primaria del CEIP Nuestra Señora del Carmen, de Ledesma, con un total de 50 alumnos y 3 docentes.

Tras la recepción de los participantes y la explicación del contenido de la jornada, se organizaron tres grupo por edades para comenzar con la rotación de actividades:

Durante el itinerario los escolares pasearon por un espléndido mar de encinas, unas desmochadas otras también olivadas, conociendo los entresijos de este ecosistema tan salmantino. De manera amena y participativa fueron profundizando en la ecología de las encinas, las comportamientos de la fauna (a través de sus huellas, por ejemplo) y conociendo las peculiaridades de las otras especies arbóreas que crecen en la finca (robles, alcornoques y quejigos fundamentalmente). Para reforzar lo aprendido, los alumnos realizaron anotaciones y dibujos en sus cuadernos de campo.

Descubriendo el funcionamiento del ecosistema adehesado

La cultura ancestral arraigada a estos paisajes adehesados y a sus pobladores, así como las amenazas y perspectivas de futuro de la dehesa completaron los contenidos del itinerario hasta la Casa del Pastor, en el Teso de las Palicias, donde se realizó una dinámica de interpretación del paisaje.

Identificando huellas de fauna silvestre en una charca para ganado

En la visita a las instalaciones ganaderas, tanto pequeños como grandes, disfrutaron de las hermosas estampas de vacas, terneros y sementales de Morucha, yeguas españolas y de oveja castellana. Un paseo por los apartaderos, el mueco, los corrales y el centro de testaje sirvió para explicar el manejo de estas razas tan características de nuestra provincia así como la importante función de esta finca en la mejora de la raza Morucha. 

Los pequeños visitan los corrales de las instalaciones ganaderas

Vocablos ganaderos como alar, añojo, Limusín, Cárdeno, mueco o eral  ahora forman parte del lenguaje estos escolares, que se mostraron entusiasmados durante todo el recorrido.

Frente a los novillos del centro de testaje de Morucha

Finalmente una dinámica de evaluación y un taller con arcilla sirvieron para asentar los nuevos conocimientos adquiridos y a la vez para potenciar la creatividad y expresión artísitica de los participantes.

Sellos de arcilla con las distintas razas de ganado

Los coloridos recuerdos con forma de toro, oveja o caballo  les harán recordar la visita a la dehesa en los primeros días de primavera y lo más importante, los valores y conocimientos adquiridos en este primer día del Programa Vive la Dehesa.

Los más aplicados repasan los cuadernos de campo




miércoles, 1 de febrero de 2012

Programa: Vive la Dehesa

Pensar en Salamanca es pensar en la dehesa: una gran vista de encinas seculares que recogen años de trabajada historia. Un paseo de aprendizajes constantes, donde nadie queda indiferente ante esculturas vivas y matriarcales.

Así, la dehesa constituye un Patrimonio Natural, Cultural y Tradicional único y gratamente reconocido en el conjunto de la provincia. Su condición de paisaje generado y conservado por las manos de los salmantinos incrementa las dimensiones de su valor.

A estos hechos hemos de unir su realidad como espacio educativo. Los aprendizajes significativos y prácticos que en ella se aúnan, convierte a estos encinares en aulas naturales.

Por todo ello el Programa Vive la Dehesa, que pone en marcha la sección de Juventud de la Diputación de Salamanca, quiere ofrecer a los escolares de la provincia la oportunidad de conocer este rico ecosistema en todos sus matices. Sus variables biológicas, etnográficas, literarias y económicas se conjugarán para facilitar una imagen completa de su significado.

Sólo se valora aquello que se conoce. De ahí que a través de la Finca de Castro Enríquez, los participantes se acercarán a las razas ganaderas, con la morucha como emblema, con el propósito de que tengan un mayor conocimiento de los recursos de su tierra.

Nada mejor que las palabras de Don Miguel de Unamuno para describir el paisaje que escogió para morar:

Encinas de verdor perenne y prieto
que guardáis el secreto
de madurez eterna de Castilla,
podada maravilla
de sosiego copudo;
encinas silenciosas
de corazón nervudo…

Os deseo a los participantes una experiencia provechosa que sumar a vuestra formación.
Francisco Javier Iglesias García
Presidente de la Diputación de Salamanca

sábado, 14 de enero de 2012

Las potencialidades educativas de Castro Enríquez

El valor patrimonial de la dehesa, en su significado natural, cultural e histórico- artístico ha sido manifestado en numerosas ocasiones por profesionales procedentes de distintos campos. Esta condición la convierte en punto de mira para una puesta en valor desde el punto de vista educativo.

Deseamos que los escolares de la provincia conozcan su funcionamiento, ejemplo de uno de los sistemas de explotación más sostenibles de la naturaleza. No debemos olvidar que supone la contextualización natural e histórica de la cría de una amplia variedad de razas de ganado, destacando la morucha donde la finca de Castro Enríquez se presenta como escenario experimental.

Objetivos del programa:

Realizar una puesta en valor la dehesa salmantina y su entorno a través del aprovechamiento educativo de este recurso.
Acercar a los escolares la importancia de los encinares dentro del conjunto de los paisajes culturales salmantinos.
Aportar soluciones a los problemas y conflictos ambientales asociados a estos lugares de interés compartido.

Durante el desarrollo de la visita se realizará un itinerario con diferentes paradas en donde se trabajarán una amplia variedad de contenidos, desde la flora y la fauna hasta la edafología e hidrología, sin olvidar las tradiciones y folclore o la literatura.

Por todo lo expuesto, esta programación permitirá que los alumnos de la provincia de Salamanca tengan un acercamiento didáctico al ecosistema y paisaje por excelencia de los salmantinos.


jueves, 12 de enero de 2012

Dehesas salmantinas: donde la biodiversidad nos recibe

Quietud del viento, trinos de granito, perseverante verdor. Este es el atrezzo intangible de la dehesa, el aliento que llena el espacio entre las encinas. Aquel dosel verde que se derrama con fruición por el campo charro. Un paisaje de puertas abiertas como los brazos de sus longevas matriarcas. Cien, doscientos, trescientos años esperando la visita del que camina.



Esculturas vivas que se retuercen de belleza

No necesitamos andar mucho, cualquiera que sea la dehesa donde nos hallemos estará conquistada de cientos de artísticas individualidades. Árbol a árbol, encina a encina, la diversidad de formas se aliará para engendrar una galería espontánea y paciente. Fijémonos: los arqueos de su crecimiento, la dimensión de su volumen, el contorsionismo humilde de sus troncos, sinergias que recorren la obra escultórica de la Naturaleza.

En el encinar encontramos bustos y torsos, relieves y bajorrelieves, tallas y vaciados, un modelado rico y heterogéneo con la marca de autor de nuestra tierra. Aquel que plantó hace dos o tres siglos aquella bellota, aquel que legó el ser vivo que ahora nos fascina fue el anónimo autor de un escenario desembarazado de su modestia.


Por todo ello hay que acercarse a ellas con algo más que ojos de naturalista, hay que sentarse ante una, la que más nos impresione y aprender de memoria sus formas. Sacar un cuaderno y esbozarla nos ayudará a recorrer su orografía, las teselas de su corteza o las multiplicidades de sus hojas. Ese instante será propiedad del viajero, un instante de calidad para el que busca emocionarse. Y después avanzar hasta otra y luego a una tercera, así cada nuevo encuentro nos desvelará aquello de lo que nunca antes nos habíamos percatado.

Una copa llena de templanza

            Más allá de este momento intimista al que invitamos, también es necesario distanciarse un poco del tronco y observar la bondad de la copa. En el estío veremos el verdor a sus pies, allí se refugia la escasa humedad y óvalos de hierba nos convidarán a una sombreada siesta. Si es el otoño quien transita por el camp charro, entonces el verde todo lo inunda, sólo la dehesa mantiene el sinople en el paisaje. Ya en las nevadas invernales las praderas se cuajarán de blanco, pero bajo la encina la clorofila se resistirá a marchar. Y claro, la primavera, el eterno retorno de la diversidad de la vida. Cantuesos, tomillos, jaras y torviscos salpicarán el aceitunado de la floresta. Aquí la hojarasca pinchuda pierde su condición atemperada y da rienda suelta a la fertilidad absoluta.



            Y no seremos justos con nuestro emblemático árbol si no citamos a la espontaneidad vital de la fauna. Abejarucos y abubillas del verano, la realeza de los milanos anudada a voracidad bellotera del jabalí en la otoñada; la sonoridad de las grullas en su invernada o la moteada presencia de la jineta prevernal. Todo gracias al modesto y humilde adehesado.



Mil encinas a la vista

            Nos seguimos retirando, ahora en la distancia vemos una salpicadura de arbolado. Cientos de longevos ejemplares se aproximan y distancian provocando densidades diversas. En unas zonas, el esponjamiento del paisaje y su llanura nos acerca a la sabana africana. En otras, el monte mediterráneo se aprieta ocultando por completo sus riquezas.




            Y entre unos enclaves y otros divisaremos las vaguadas. Esos ondulantes y minimalistas valles que identifican la dehesa salmantina. La humedad del arroyo hace desaparecer a la quercínea y son los fresnos y prados los que conquistan la vista. Las vaguadas acogen la vida bajo sus innumerables formas y la biodiversidad se arrima a ellas para saciar su sed.

Recorrer la dehesas con el pie y la mirada

            Pero el viajero quiere también algo tangible, la ruta que le anime a ensimismarse con todo lo pronunciado. Para ello abriremos 6 posibilidades distintas y no muy distantes.

Una la podemos definir como la Ruta de las Vaguadas y busca interpretar esta visión del monte mediterráneo fijándonos en accidentes geográficos, en la geomorfología y en la geología que se manifiesta en forma de encrespadas pizarras o enhiestos granitos. Para ello recorreremos con nuestros vehículos las poblaciones de Vecinos, las Veguillas, San Pedro de Rozados, sin alejarnos mucho de Salamanca. Cada uno debe elegir donde parar, personalizando así el camino.




La Ruta de las Grullas nos traslada al entorno del Pantano de Santa Teresa. Se abre como una ruta ornitológica con los encinares como hábitat de referencia de las aves de la zona. La grulla estará en la invernada, pero la corte de avifauna será amplísima durante todo el año. Con este fin peregrinaremos por La Maya, Galinduste, Armenteros, La Tala, Guijuelo, Salvatierra de Tormes, y Montejo. Las emplumadas nos estarán esperando.

 

Y no dejaremos en el tintero la Ruta del Toro de Lidia y la Morucha, raza y adaptación, selección humana y natural, esculturas dinámicas que se entreveran con las estáticas. Las faenas diarias, la fincas con nombre y los pueblos que las albergan pasarán por la ventanillas de nuestro vehículo: Robliza de Cojos Tabera de Arriba, Tabera de Abajo, Aldehuela de la Bóveda, Garcirrey, Buena madre, San Muñoz, Sanchón de la Sagrada, Carrascal del Obispo, Villalba de los Llanos y Matilla de los Caños. Nuestro disfrute irá parejo al respeto por quien trabaja en el monte.




Siendo estas tres rutas citadas de amplio recorrido, el caminante demandará poner pié en tierra y empaparse de los olores del campo. Así una primera propuesta pasa cercana al Tormes, junto la villa de Ledesma. Se trata de la Dehesa de Puente Mocho, cercana y atractiva que nos regalará la presencia del viejo pontón sobre la Rivera del Cañedo.




A un palmo de distancia, partiendo de los Mesones de Ledesma surge el Cordel de las Negras, embaucadora vía pecuaria que acompañará la rivera mencionada hasta el pueblo de Topas. Senda de pastores y ovejas, carril de merinas donde la bicicleta puede ser un buen medio de transporte. Podemos finalizar si queremos en San Pelayo de Guareña y aprovechar para contemplar su tricentenario moral, una auténtica Catedral Viva.



Mas si queremos ir a los orígenes, si nos apetece ver el caldo de cultivo original de los adehesados hemos de marchar de Torresmenudas a Valdelosa por el camino antiguo. Encinas, quejigos, robles y alcornoques son la gran familia de las quercíneas que allí se mezclan. Nuestros predecesores las fueron seleccionando, quitando o dejando en el paisaje según sus necesidades. Todo allí es vitalidad.

Dejamos pues a disposición del lector distintas miradas a nuestras dehesas y variados caminos para recorrer. En su mano queda ya la elección, ni la encina ni el encinar le defraudarán. Fascínense.